lunes, 25 de marzo de 2013

EL SÍNDROME BERNERI


La información, esa que condena al periódico del día a ser viejo y carne de hemeroteca a las doce de la mañana, siempre nos trae inequívocas indicaciones del rumbo que están tomando las cosas… algunas veces por lo que evidencia, y en la mayoría de las ocasiones por lo que esconde.

La Crisis, ese fenómeno de piratería especulativa de pura esencia capitalista, (supuestamente engendrada por la manía que hemos tenido de vivir por encima de nuestras posibilidades, una mentira que se empeñan en reiterarnos una y otra vez hasta hacernos creer que es verdad) tiene unos patrones repetitivos más que previsibles, tanto que, a duras penas, se logra entender que no se caiga en la cuenta de que esto es una maquiavélica y orquestada historia de nunca acabar.  

Tan vieja como el origen de la codicia, la Crisis se basa en el principio básico de que “yo quiero una cosa que es de mi vecino y si no me la da, yo la tomo por la fuerza; si nadie me lo impide, claro”… y en esas están, sin ningún tipo de disimulo, los dueños de las finanzas.

Comparar los parámetros de análisis de quienes dirigen (de verdad) este tinglado denominado “Sistema” con los que rigen nuestra existencia equivaldría, ni más ni menos, a intentar mezclar de forma indefinida el agua y el fuego. No hay ningún punto de coincidencia, ni un solo punto de convergencia, nada que pueda establecer la más mínima empatía entre ellos y nosotros, con la salvaguarda de los “hombres-cosa”. Éstos, diseminados en varias profesiones y capas de la Sociedad (opinadores profesionales, entre otros) viven de las migajas que les arrojan sus amos y, constantemente, se muestran dispuestos a ganarse un sitio en las mazmorras del paraíso a cambio, eso sí, de malvender su alma a los poderosos y la de los demás al diablo de turno. Son, pues, los únicos que ven bondades a tanta miseria.

Para quienes hacen fortuna (ingentes fortunas) a costa de la sangre ajena no es posible esperar otro razonamiento que no sea el de “si no lo robo yo, otro lo robará”. Por ello, los millones de parados, los problemas sociales, los dramas causados por la extrema necesidad, casi el 29% de españoles en situación de pobreza (casi un 27% de españoles está en paro ¿habrá que repetirlo?), tres millones de españoles en situación de extrema pobreza, la paupérrima situación de la Sanidad, la Educación o la Seguridad no son, bajo ningún concepto, razones que se puedan esgrimir ante quienes sólo ven números en lugar de seres humanos. Y de poco vale que nos empeñemos en rebuscar argumentos que puedan dar luz a un supuesto apiadamiento: todo es inútil, vano, estéril… Es como pedirle al tiburón hambriento que tenga piedad de la inocente presa. No, eso no es viable.

Instalado en una sólida doctrina del shock sin posibilidad de retorno, el Poder avanza inexorablemente hasta nuestro aplastamiento total, buena prueba de ello son los distintos colapsos financieros que se han venido produciendo en los que, cuales vulgares corsarios a las órdenes de su majestad, los organismos financieros internacionales han servido a quienes de verdad mueven los hilos de todo el sistema, es decir, las industrias de los países en supuesta dificultad a precio de saldo en vergonzosas bandejas de plata. Lo de Chipre y el negocio del gas es un magnífico indicador, porque alguien ya está contemplando quedarse con el negocio a precio de ganga.

¿Pero, cuál es la mecánica? Infantil, como todo lo aparentemente sofisticado, por mucho que quieran hacernos creer lo contrario.
Primero, con los muchos medios afines, se agita el fantasma del miedo esgrimiendo una supuesta crisis financiera; en modo doméstico es como si, de pronto, alguien en el bloque hiciese correr la voz de que ya no podemos pagar la comunidad. La cortina de humo ya está lanzada.

Segundo, se provoca una brutal retirada de los fondos del país “condenado”, algo que provoca un caos en todo el sistema crediticio; las empresas, ante la imposibilidad de tener liquidez, se ven abocadas a despedir en masa para no desaparecer, ayudadas por unas leyes casi medievales que favorecen la extinción de los puestos de trabajo. En el ámbito más próximo esto equivaldría a afirmar que, debido a la injusta mala fama adquirida, nadie nos da fiado… y como no somos capaces de hacer frente a los gastos de hipoteca, casa, luz, agua o butano decidimos recortar drásticamente en nuestras previsiones y sólo comemos una vez a la semana, prescindiendo de casi todo.

Tercero, y con una economía arrinconada y en clara depresión, se ofrece una salida humillante a la nación en cuestión a cambio de una pantomima de salvación, vendiéndose los activos del país por una ínfima parte de su valor real; es como si, para poder pagar lo que le debemos al banco en concepto de crédito hipotecario que nos acucia, decidimos vender nuestra vivienda muy por debajo de su precio.
¿Simple, verdad? Pues así de básicas son estas cosas.

Cierto es que este razonamiento podría llegar a demostrar que el papel lo soporta todo, incluidas las teorías de la conspiración… Lamentablemente, lo escalofriante de este razonamiento es que todas estas situaciones se han ido repitiendo, con el mismo patrón de actuación, en países tan diversos como Chile, Argentina, Polonia, Rusia, Indonesia o Corea del Sur, sólo por citar algunos… y ahora los que estamos en el disparadero somos los europeos.

Este atraco a mano armada siempre se lleva a cabo mediante el más letal de los mecanismos: el Fondo Monetario Internacional.
Una vez más tendremos que recordar que la génesis del FMI se basó en el concepto de AYUDAR a los países en crisis, facilitando créditos que impidiesen, por ejemplo, fenómenos como el que aupó a Hitler al poder, desencadenando así la II Guerra Mundial.

Ahora las cosas han cambiado radicalmente.
El FMI o el BCE están tomando decisiones en contra de los ciudadanos, empobreciendo a los pueblos y haciéndoles retroceder muchos años en cuanto a derechos sociales se refiere. ¿Demagogia? Más quisiéramos. Sólo hace falta asomarse a las hemerotecas para comprobar cómo instituciones que no han sido elegidas por los ciudadanos deciden sobre el bien y el mal (sobre todo el mal) de todos, pasando por encima de nuestra voluntad y necesidades con el único objetivo  de velar por las ganancias de los de siempre.

¿Otro ejemplo? Pregúntense por qué los fondos librados por estos organismos financieros internacionales van destinados a salvar bancos que se han hecho añicos a base de especular con basura bursátil en lugar de potenciar la economía productiva y, sobre todo, por qué nos toca a usted y a mí pagar esa factura a base de recortes y más recortes.
El caso de Chipre es el más significativo de los últimos tiempos, demostrando bien a las claras la dictadura imperante, si bien las medidas tomadas con respecto a ese pequeño país no han podido ser más chapuceras, con rectificación parcial al canto tras la evidente presión social.
Evidentemente, mirar hacia otro lado o respirar aliviado cuando la guadaña corta la cabeza del vecino no es ninguna solución… es más, demuestra debilidad.
Claro que para lamentable, la actitud del ministro de Economía, De Guindos, que primero alabó la postura que la Comisión Europea adoptó con Chipre condenándola al “corralito” (imposibilidad de sacar dinero de las cuentas bancarias además de quedarse con un porcentaje de las cantidades ahorradas) para, posteriormente, desdecirse y volver a elogiar la postura contraria tras la marcha atrás de los mandamases de la Unión. Lo dicho, de pena.
Visto lo visto, parece evidente que nos quedan muy pocas salidas frente a este brutal ataque.

Hace muchos años aquí, Al Sur del Edén, el pensador italiano Camilo Berneri (buscado al mismo tiempo para ser asesinado por los agentes de Mussolini y por los de Stalin, siendo estos últimos los que acabarían con su vida) zanjaba en 1937 en “Guerra di classe”, una polémica entre los que defendían, desde el bando republicano, la postura militar frente a los que apoyaban el desarrollo de las colectividades dentro del modelo libertario que daba sus frutos en Aragón, Valencia, Cataluña y otros muchos más sitios. Berneri (otro que pagó caro tener razón antes de tiempo) afirmó que la victoria sobre las tropas internacionales de Franco sólo podía ser revolucionaria… o sería derrota. Así fue.

Mi mañica preferida, conocedora de Berneri, no duda en parafrasear al pensador transalpino cuando afirma: “las bombas económicas que hoy estallan en Atenas, Nicosia, Dublín o Lisboa, mañana reventarán en Madrid y París y, pasado mañana, en el resto de las capitales europeas… y mientras, nosotros nos pasamos el tiempo protestando en silencio, pero poco o nada de reaccionar de verdad contra tamaña agresión. Cuando pase –asegura tajante- ya dará igual todo porque habrán acabado con nosotros”.

Queda pues claro que esta forma de dictadura burdamente camuflada en siglas internacionales está siendo mucho más profunda, más prolongada y más letal de lo que hemos sido capaces de vislumbrar.

Parece que ya ha pasado la hora de los análisis y que está llegando, por una cuestión de pura supervivencia, el momento de actuar.
O decidimos que basta ya de tanta represión económica, o estamos condenados a padecer el Síndrome Berneri.
Usted, como yo, todavía tiene la palabra… pero mucho me temo que esto también se acabará y pronto. Una vez más, de usted depende todo… si es que quiere, claro.

lunes, 18 de marzo de 2013

AMANDO



Mi opinión sobre aquella sociedad que critica a las personas por amar a alguien de su mismo sexo claramente, no es positiva ni mucho menos, ya que he vivido y sufrido desde la experiencia la discriminación, que tiene la sociedad a aquellas personas con distinto tipo de orientación sexual.
No entienden ni comprenden el amor, aunque vayan de entendidos en ese tema; después de observar, como tratan a los que de verdad se aman, me hacen ver que ellos son los que están confundidos. El amor va más allá de un aparato reproductor, más allá de una figura, más allá de barreras; y ellos piensan que el sexo y la promiscuidad es lo único que transmiten estás personas,esa es la realidad de este mundo, yo lo he vivido, lo he experimentado. Y sé que lo que piensan no es cierto, una mujer ama igual a una mujer que aun hombre, y viceversa.

Soy bisexual, en todos lo aspectos de la vida, nunca me importó lo que pudiera opinar la gente de mi y os aseguro que no fue pocas las palabras que llevaban mi protagonismo en esta ciudad perdida del mundo. La gente, algunas más que otras, pueden entender que me enamore de una mujer o que lo haga de un hombre, pero que pueda enamorarme primero de uno y luego de otra, no lo comparten, no lo entienden, no llegan a comprender que el amor va más allá de lo que piensan, pero a mi esa reacción me hace pensar si de verdad están enamorados y saben lo que eso significa. Hay personas que dicen matar o morir por aquel ser humano que le hace vibrar tanto en la cama, como en la vida misma, pero puedo asegurar que más de una se lo pensaría antes de hacerlo, aunque juren amor eterno delante de aquella figura llamada “Dios”.
Tienen un cerebro que no utilizan, y la verdad es una pena como se vive hoy en día esta situación. Hay crisis económicas, pero también hay crisis de sentimientos; hay personas que pegan, maltratan de forma física y psicológica, a los homosexuales, a los bisexuales, a los transexuales...y es duro saber, que hay gente en la calle por eso, que hay gente que renuncia a sus ideales, a sus derechos como ser humano, por el simple hecho de una sociedad perdida en los mundos pasados, porque todos dicen "bueno, pobrecito, ya se dará cuenta", pero cuando les toca a ellos soportar la presión de que les pase a sus hijos, lo primero que hacen es criticarle y juzgarle, sin tener en cuenta lo que puedes sufrir por ello.
Aunque hay que dejar claro, que si un hombre besa a un hombre, o una mujer besa a una mujer, tiene claro lo que quiere y por eso lo hace.

Somos personas con corazón, con lágrimas que derrochar, con sonrisas que dar al mundo, personas que buscan un futuro, que creen en ellos mismo y tienen seguridad. Somos como vosotros, no hay ninguna diferencia que puedan hacernos estar en otro paquete.

Aún no entiendo que insulto es la palabra maricón o lesbiana, porque para mi eso es una virtud, el saber amar y luchar, como nunca lo habías hecho; maricón o lesbiana, es la persona con mayor dificultad aquí en este mundo, por culpa de todos los que vivimos en él. ¿Y eso no te da pena? Para mi eso da más pena, que a lo que ellos consideran enfermedad.

Yo adoro lo que se puede llegar a sentir por una persona, por un ser con un corazón al que le llamamos perfección aunque no lo sea, sin tener en cuenta sus pechos o su aparato reproductor; y eso es lo que me hace seguir adelante, pero a mí y a muchos otros, sin embargo hay personas que llenan ese vacío interior, con rabia, celos e incluso envidia; por eso ocurre todo esto, porque las personas nos hemos dedicado a vivir para ser más que otros, no para ser iguales.

No se trata de ser viciosos, ni de la promiscuidad, porque juraría que a las personas que denominamos normales (heterosexuales), también entran en ese saco. Y eso no es consecuancia de un gusto u otro, es consecuencia del ser humano, del placer y la curiosidad; solo que a veces la curiosidad mata al gato y se descubren cosas que jamás hubieramos imaginado.
Y decidme ¿Soy culpable por amar a una mujer?
No, no lo soy, aquí no hay que buscar culpables, porque no los hay, la vida es simple y dura a la vez, no tenemos todo lo que queremos y quizá en un futuro entres en razón y comprendas todo lo que está avanzando o todo lo que queda por avanzar.

Claro está que, esa disciminación depende de lo típico, da las creencias religiosas, de la dictadura franquista, quizá dependa de todo lo malo que nos pasó en un pasado; pero hay que mirar al presente y saber que ese chico que va de la mano con ese chico, es tu nieto, tu sobrino, tu hijo; hay que ponerse en el lugar, hay que dar paso a la empatía y vivir agusto, con uno mismo y con los demás.


¿Qué es el amor?
El amor, aparte de considerarse un cumulo de sentimientos, es la vida de la sangre, es la casa de las venas y probablemente es la película que tiene como banda sonora el bombeo del corazón. A ciencia cierta no se puede saber que es, pero claro el amor es lo contrario a la ciencia, el amor no se estudia, ni tampoco se disecciona. Para mi es solamente algo único, que se trabaja de diferente manera en cada cuerpo, unos de una manera, otros de otra, pero al fin y al cabo amor.

De eso dependemos todos, sea de la forma que sea.

Tere López Villena

jueves, 7 de marzo de 2013

DÉJAME IR

No podía expresarlo con palabras, pero era lo que sentía. En ese momento, el odio y la desesperación corrían por mis venas si darme tregua, atormentándome hasta en mis más profundos sueños.
Mi única meta era escapar de eso, escapar de todo, y poder vivir sin miedo, sin nadie que quisiera verme sufrir, verme morir lentamente por dentro, cada día un poco más.
¿Cómo luchar con alguien al que quieres? Eso es imposible cuando el amor es verdadero. Simplemente, tu corazón no te deja actuar. Te nubla, ciega tu mente de tal manera que llegas a creer que pasará. Que será la última vez…que ya no ocurrirá más.
Y entonces, su verdad sobrepasa a la mía, sus palabras ahogan mis susurros temerosos y su mirada congela mi alma.
No podía odiarle, pues…¿como odiar al que crees que es el amor de tu vida? Pero si podía temerle. Cada vez que su mano se acercaba a mi cara, un escalofrío recorría todas y cada una de las fibras de mi cuerpo, haciéndome estremecer. Algunas veces era una caricia, llena de amor y dulzura…otras veces no lo era.
Tonta, tonta de mí. Yo lo permitía. Ciega, estúpida enamorada, yo permitía que hiciera eso. ¿Qué podía hacer? Huir solo serviría para provocarme más dolor, arrancarme una parte de mi alma. Quedarme le hacía ver que yo era suya, que nada de lo que hiciese haría que lo dejara.
Aguanté todos y cada uno de los golpes, pensando que algún día acabaría, que se daría cuenta de que mi corazón se iba rompiendo poco a poco, de que mi alma estaba resquebrajada, de que mi amor por él se hacía mas pequeño.
Pero no acabaron. Y yo perdoné. Lo perdoné todo. Perdoné los golpes. Perdoné las palabras. Perdoné los engaños. Le perdoné a él. Perdoné a mi corazón por ser tan débil, y perdoné a mi alma por intentar dejarme. Todo por él. Solo por él.
¿Y que recibí de todo ello?
Más dolor. Ese dolor que ya no solo te destruye por fuera, sino que poco a poco también te va destruyendo por dentro, arrancándote la ilusión por la vida, la alegría, la esperanza…
Mi corazón se encogía cada vez que él amenazaba con dejarme. ¿Por qué? ¿Qué había hecho yo mal? Le amaba, le comprendía, comprendía su frustración, comprendía por que lo hacía…
Llegué a pensar que no era buena para él…Si, que no le merecía. Que era demasiado perfecto, demasiado bueno y demasiado especial para mí.
Ingenua…
Las discusiones eran más constantes. Mi ropa no le satisfacía, mis gestos le molestaban, mis besos ya no le complacían…¿Qué podía hacer? El chico por el que lo había dejado todo ya no se fijaba en mí.
Un día me dijo que no saliera a la calle con la cara así. Me miré en el espejo. Aquellas heridas habían sido provocadas por sus puños, aquellas heridas que casi me perforaban también el alma, que no me dejaban dormir por las noches…
¿Quién va a querer a alguien así? Solo yo, me decía.
Y yo le creía. ¿Quién iba a quererme? ¿Quién iba a amarme?
Dicen que la cara, es el espejo del alma. Bueno…mi alma estaba tan destrozada como mi rostro…rostro que intentaba disimular siempre con capas y capas de maquillaje, pero que a él nunca le satisfacía.
Cuando la persona que amas te rechaza, la vida parece no tener sentido… Cuando el amor que sientes por alguien no es correspondido, el cielo se nubla.
Mis días pasaron de igual manera durante meses. Los golpes eran continuados, algunos días más, otros días menos, en la cara, en el cuello, en las piernas, en el pecho…
Hasta que dije basta. Las palabras que antaño había celosamente guardado en mi interior brotaron de mi boca apenas sin yo darme cuenta.
Pero dije basta. Se lo dije a él. Se lo dije al mundo. Basta ya.
No puedo seguir así, me decía a mi misma, mi vida no puede seguir así.
Y lo dejé todo. A él, a mis pensamientos infravalorados, a mis ideas de un futuro eterno con él...
Poco a poco, mis heridas externas fueron cicatrizando, hasta solo ser un mero fantasma del pasado. Pero mis heridas internas tardaron mucho mas en recomponerse…por que cuando te rompen el corazón de tantas formas posibles que ya no eres capaz de volver a recomponerlo, tardas mucho tiempo en darte cuenta de que el dolor es eterno cuando las heridas también lo son.


Claudia Mª Rodríguez Garzón

CALIFICACIONES

ABSELAM, ABDELAH    2,5 (-C)
BENZINA, RUMAISA    4,75 (-C)
BOLORINO, ANDREA    6,5 (-C)
CAMPAÑA, PEDRO    2
CUENTRA, RUBÉN    7
ECHERIF, MARIAM    2,5 (-C)
EL MANSUR, ACHRAF    3
LÓPEZ, MARIO   2,75 (-C)
LÓPEZ, Mª TERESA   8,5
MOHAMED, NORA   4,5 (-C)
MOHAMED, MIRFETS   2,5 (-C)
MUÑOZ, MIGUEL ÁNGEL   2,5 (-C)